'Chabuco': 15 años cantando vallenato con un sabor diferente

El cantante sabe que está en el momento crucial de su carrera.
Con el lanzamiento de su segundo álbum solista, Clásicos Café la Bolsa, y luego de su paso por Los Pelaos, José Darío Martínez -'Chabuco'- siente que al fin "está echando el cuento que quería". "Siempre me ha gustado toda la música y experimentarla, pero siempre he respetado mucho el vallenato, que fue con lo que crecí. Este disco es el resultado de tener muy claro mi folclor, pero también de haber aprendido y escuchado otras cosas", comenta. Clásicos Café la Bolsa es un homenaje al lugar en Valledupar que en los años 50 albergó las tertulias políticas y musicales en las que "se desahogaban Rafael Escalona, Colacho Mendoza, Lorenzo Morales, los Zuleta y mi papá, Hugues Martínez. Todo terminaba en parranda", recuerda el artista, que grabó el disco acompañado por un grupo de jazz. El trabajo recopila 13 de las canciones que 'Chabuco' cantó sin acordeón, al lado de Diego Valdés (bajo), Horacio 'El Negro' Hernández (batería), Kike Purizaga (teclados) y Dayhan Díaz (trompeta). "Comenzando la grabación tuve algunos temores por el aspecto comercial del álbum, pero estaba tan feliz que me lo gocé. Fui honesto y canté las canciones como las viví. Eso es lo lindo del disco: lo folclórico mío con la parte del jazz, que le da un toque diferente", asegura. el tiempo

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Itzhak Perlman en la pantalla grande

De su alianza con las pantallas resultaron trabajos conjuntos como la película animada Fantasía 2000 o su emotiva participación en la banda sonora de La lista de Schindler. "Cuando me aproximé a Steven Spielberg y John Williams para hacerlo, fue importante mi herencia familiar de los abuelos, que fueron asesinados por los nazis. Obviamente sé de dónde vengo. Para mí, ese fue un proyecto que tocó lo familiar, lo que mis ancestros tuvieron que vivir", explica. La polio lo afectó a los 4 años de edad, pero su historia no es de superación personal: Perlman hizo de su talento algo ajeno a la enfermedad y conquistó el mundo sin que este se preguntara por qué en sus recitales nunca se levanta de su silla. "Sentí que lo importante era no relacionar con esto los talentos que tenía... Y al final, la polio no tuvo nada que ver. (...) Decidí seguir haciendo lo mejor que pudiera en mi música y el resto se solucionaría solo, como en efecto pasó", añade. En su tarea educativa, el músico fundó el Programa de Música Perlman en Shelter Island (Nueva York) y allí enseña a pequeños talentos. "Un gran reto, cuando llevas una larga carrera -concluye Perlman-, es qué haces para mantener tu interés y esas cosas extra (dirigir, cantar y enseñar) lo mantienen. Sigo emocionándome mucho por la música. Una de las peores cosas que me podría pasar sería caer en la rutina, pero conmigo nunca será así".el tiempo

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Itzhak Perlman en El show de los Muppets

Otras generaciones recuerdan sus apariciones en El show de los Muppets , desde 1980, enseñando a las marionetas a tocar. Cuenta que la idea surgió en esa época, sentado frente a la televisión, junto a sus hijos: "Estábamos viendo el programa y me di cuenta del efecto que tenía en los niños. Estar expuestos a cualquier cosa que tenga que ver con la música clásica es una parte muy importante de su educación. No recuerdo si ellos hicieron la primera aproximación o fui yo, pero sé que fue un esfuerzo conjunto. Fue una época maravillosa". De su alianza con las pantallas resultaron trabajos conjuntos como la película animada Fantasía 2000 o su emotiva participación en la banda sonora de La lista de Schindler. "Cuando me aproximé a Steven Spielberg y John Williams para hacerlo, fue importante mi herencia familiar de los abuelos, que fueron asesinados por los nazis. el tiempo

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